Naimath Katherin Méndez Vaca
El pasado jueves 13 de noviembre se llevó a cabo una audiencia pública en el Concejo Municipal de Tarija, solicitada por las organizaciones de las diversidades, tras cuatro años de lucha por la aprobación de una ley de aval para la creación de un Consejo Municipal de Diversidades Sexuales y de Género. Una vez más, la respuesta fue negativa.
La creación de este Consejo es fundamental para la ejecución de normativas ya vigentes, como la Ley Departamental 353, sobre el embanderamiento en instituciones públicas, y la Ordenanza Municipal 044/2011 del 17 de mayo, Día contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género en el municipio de Tarija Cercado. Estas normas son de competencia pública, pero hasta el momento no han sido implementadas ni coordinadas con las organizaciones de las diversidades sexuales y de género, pese a que estas poblaciones se encuentran en situación de vulnerabilidad.
La Secretaría de la Mujer y el Concejo Municipal, que tienen la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de estas leyes y ordenanzas, no han asumido esta labor. Esta falta de acción generó molestia e impotencia en las organizaciones, motivo por el cual se solicitó la audiencia pública. Aunque estaba convocada para las 9:30, inició recién a las 11:00 y se extendió hasta las 14:30, para finalmente negar por cuarto año consecutivo la creación del Comité, argumentando que se trataba de la misma propuesta presentada anteriormente y solicitando elaborar una nueva ley.
El Consejo Municipal de las Diversidades Sexuales y de Género será una pieza clave, ya que permitiría planificar y ejecutar acciones de manera coordinada, garantizando la aplicación de las normativas existentes. Actualmente, el trabajo que debería realizar el gobierno municipal es asumido por organizaciones de la sociedad civil, voluntarios y activistas, a través de gestiones constantes, cartas y seguimiento, sin reconocimiento institucional. Experiencias como las de La Paz y Oruro demuestran que estos espacios funcionan y generan resultados positivos, aun considerando las diferencias de contexto entre ciudades.
La creación de este Consejo permitiría visibilizar la violencia, la discriminación y la homofobia que aún persisten en una sociedad conservadora como Tarija, sin desconocer los avances logrados a nivel local, departamental y nacional. También permitiría abordar problemáticas urgentes como la discriminación laboral hacia personas trans, la vulneración de derechos de personas intersexuales, la inseguridad jurídica que enfrentan madres lesbianas y bisexuales, y la falta de condiciones dignas para personas LGBT+ en la tercera edad.
Asimismo, abriría la posibilidad de incorporar la educación integral en sexualidad en las unidades educativas, para prevenir situaciones de violencia y exclusión hacia infancias y adolescencias con diversa orientación sexual e identidad de género, realidades que existen pero que siguen siendo silenciadas.
Negar nuevamente este espacio no es solo una decisión administrativa, es una forma de estigmatización institucional. El Consejo Municipal de las Diversidades podría ser una puerta para construir una ciudad más justa, con convivencia sana, reconocimiento de derechos y protección plena para todas las personas, sin importar su orientación sexual, expresión o identidad de género.
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Naimath Katherin Méndez Vaca es presidenta del Colectivo TLGB Bolivia.
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