Branco Marinkovic en el ojo de la tormenta por su nombramiento. Foto: Unitel
El nombramiento del agroindustrial cruceño Branko Marinkovic como presidente de la Comisión de Tierra, Territorio y Medio Ambiente de la Cámara de Senadores ha levantado polémica por el “conflicto de intereses” entre el cargo y sus negocios privados.
Por un lado, Samuel Doria Medina y Marinkovic se acusaron mutuamente de ser o tener gatos en la alacena, en alusión a los nombramientos que implican un conflicto de intereses, y por otro, el investigador de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, le pidió al senador cruceño y flamante presidente de la comisión de Tierra que dé “un paso atrás” y que renuncie porque hace cinco años atrás se benefició de su cargo de ministro haciendo que la presidenta Jeanine Añez firmara resoluciones en su favor.
“En primer lugar, hay un conflicto de interés. No es una difamación, sino está ampliamente documentado (valga la aclaración para no ganarme otro proceso legal). Hace cinco años, Marinkovic usó su cargo de ministro de Estado para que Jeanine Añez firmara resoluciones supremas ordenando al INRA titular 34.319 hectáreas a su favor (Laguna Corazón y Tierras Bajas del Norte, denunciado por Fundación TIERRA). Para lograr este cometido, forzó fallos del Tribunal Constitucional (Sentencia 0116/2020-S4), resoluciones del Viceministerio de Tierras, informes del INRA y otros. Colocó en puestos clave a personas de su confianza —Beatriz E. Capobianco, Gustavo Terrazas Moscoso, Manuel Alejandro Machicao— para asegurarse el resultado”, escribió Colque en su página de Facebook.
Segundo, dijo Colque, “Marinkovic es uno de los mayores interesados en privatizar tierras fiscales, legalizar el tráfico de tierras y parcelar territorios indígenas y reservas forestales”. Por lo que, presidir la comisión llamada precisamente a fiscalizar estas ilegalidades equivale a convertirlo en juez y parte, “con poder de torcer la ley a su conveniencia”.
Y tercero, según dice el especialista, “su trayectoria y campaña política está marcada por posturas abiertamente anticonstitucionales que favorecen la privatización de tierras y bosques protegidos y que pretenden anular los instrumentos de fiscalización como la reversión de latifundios, la función económico-social (FES) o la función social”.
Señala también que “su designación envía un mensaje político profundamente equivocado e inoportuno” y “lejos de unir, polariza”.
Por todo eso, Colque dice que “Branco Marinkovic debe renunciar a la presidencia de la comisión. Es lo mejor para el país y para la credibilidad de cualquier reforma en temas agrarios, ambientales y económicos”.
De gatos cuidando la alacena
Por su parte, el líder de Unidad, el bloque aliado del Gobierno, criticó la designación de Marinkovic, primer senador por Libre en Santa Cruz, en la Comisión de Tierra y Medio Ambiente porque, según dijo, siempre estuvo en contra de que “los gatos cuiden la alacena”.
El político considera que “evitar conflictos de intereses es un elemental cuidado democrático, que sirve para darle credibilidad al sistema político y legitimidad a las decisiones que tomen las autoridades. Por eso la elección de un gran agroindustrial como presidente de la Comisión de Medioambiente del Senado es un error de esta Cámara y en particular de la fuerza política que lo puso allí”.
La respuesta de Marinkovic no se dejó esperar. «Samuel, hablemos de los gatos de tu alacena. La encargada de Turismo resulta ser directora de Los Tajibos, ¿quién puso a su gata?”, habría señalado según el portal Detrás de la verdad. Se refiere de esta manera a Cinthya Yáñez, la ministra sin cartera de Turismo y mano derecha de Doria Medina en varios asuntos.
“Lo que no podés es tirar frases moralistas mientras tus propios operadores entran por la puerta grande del Estado a manejar áreas que afectan directamente tus negocios”, señaló Marinkovic.
Doria Medina negó que Yáñez sea directora de Tajibos ni que lo haya sido cuando fue nombrada como ministra y, según dice, “es una profesional de gran valor y con experiencia en el área (…) es ridículo pensar que ella u otra ministra de Turismo podría favorecer a Los Tajibos. ¿Cómo podría hacerlo? Si cumple su trabajo y revoluciona el turismo, todos los hoteles van a beneficiarse”.
Estos nombramientos se sumaron a otro tan o más polémico: Oscar Mario Justiniano, como ministro de Medio Ambiente. La flamante autoridad fue presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente, uno de los sectores a los que debe controlar y fiscalizar.
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