Conferencia de prensa de los jóvenes. Foto: Organizadores
Una delegación de jóvenes bolivianos presentará una Agenda Climática Juvenil durante la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP30), que se desarrollará entre el 10 y el 21 de noviembre en Belém do Pará, Brasil. El compromiso es fortalecer la participación juvenil en la gobernanza climática y la defensa del medio ambiente.
“Con este paso, la juventud reafirma su compromiso con la formación de nuevas generaciones capaces de impulsar soluciones justas y sostenibles desde el diálogo, la cooperación y la incidencia internacional”, destacó Dafne Rivera, coordinadora general del proyecto,
El grupo, conformado por representantes de los nueve departamentos del país, busca visibilizar las posiciones, demandas y propuestas de la juventud boliviana frente a la crisis climática global. Esta participación se enmarca en un contexto político de transición en Bolivia, lo que abre mayores espacios para la participación de la sociedad civil en los procesos de toma de decisiones.
La delegación surge del Programa Juvenil en Diplomacia Climática (PJDC), impulsado por la organización juvenil Graha, con el apoyo de la Cooperación Española (AECID), la Liga de Defensa del Medio Ambiente (LIDEMA), Save the Children, UNICEF y la Universidad Andina Simón Bolívar. El programa culminó con la formación de la primera generación de 36 jóvenes negociadores climáticos, quienes fortalecieron sus capacidades en incidencia y diplomacia ambiental.
Durante la COP30, las y los delegados bolivianos presentarán la “Declaratoria de las Juventudes Bolivianas 2025”, un documento elaborado de manera participativa por más de 100 jóvenes líderes que participaron en la Conferencia Local de la Juventud Bolivia (LCOY 2025). La declaratoria recoge propuestas y compromisos concretos en materia de adaptación, mitigación, educación ambiental y justicia climática.
Asimismo, se presentarán los proyectos ganadores surgidos en el marco de la LCOY Bolivia, que reflejan el trabajo y la creatividad de las juventudes en la búsqueda de soluciones sostenibles a los desafíos ambientales del país.
La participación boliviana en la COP30 representa un hito histórico en la formación de una nueva generación de negociadores climáticos, comprometidos con impulsar una diplomacia ambiental inclusiva y transformadora, en un momento decisivo para la acción climática global.
Declaración ante la crisis climática social
Reunidos en la Conferencia Local de la Juventud (LCOY Bolivia Bicentenario 2025), jóvenes de los nueve departamentos del país emitieron una declaración en la que demandan al Estado boliviano y a la comunidad internacional asumir con urgencia compromisos reales frente a la crisis climática, la degradación ambiental y las desigualdades sociales que amenazan el futuro del país.
El encuentro, realizado el 21 de septiembre de 2025 en la ciudad de Santa Cruz, reunió a representantes de organizaciones juveniles, comunidades indígenas y colectivos ambientales que alertaron sobre “la peor catástrofe ambiental en la historia de Bolivia”: los más de 12,6 millones de hectáreas quemadas en 2024 por incendios forestales y chaqueos provocados, impulsados —según denuncian— por intereses del agronegocio y el modelo extractivista.
En su declaración, las juventudes advierten que los efectos combinados del colapso ambiental, los conflictos armados y la crisis económica global configuran un escenario de “profunda inestabilidad” y amenazan los valores de justicia, democracia y derechos humanos. Frente a ello, reafirman su compromiso con la acción climática ambiciosa y la justicia intergeneracional, en coherencia con el Acuerdo de París y el Acuerdo de Escazú.
Entre sus principales demandas, los jóvenes instan al Estado Plurinacional de Bolivia a derogar las normas que promueven incendios y degradación de ecosistemas; a acelerar la restauración ecológica con participación de pueblos indígenas y comunidades locales; y a movilizar recursos de financiamiento climático para la Amazonía y otras regiones vulnerables. También solicitan la incorporación de la educación ambiental en todos los niveles del sistema educativo, con un enfoque basado en saberes ancestrales y soluciones agroforestales.
Otro de los puntos centrales de la declaración es la protección del agua, que los jóvenes consideran un derecho humano y un bien común. Exigen que se garanticen mecanismos de control y sanción frente a la contaminación provocada por actividades extractivas ilegales, así como el acceso equitativo y sostenible al recurso hídrico, priorizando a comunidades rurales e indígenas.
La juventud también se comprometió a ser “guardianes del territorio, del agua y de la soberanía alimentaria”, a través de proyectos de innovación verde, restauración de ecosistemas y promoción de sistemas alimentarios sostenibles. “La transición hacia sistemas productivos regenerativos no es una opción, sino un imperativo de supervivencia”, señala el documento.
De cara a la próxima COP30, los jóvenes bolivianos exhortaron a los jefes de Estado a “asumir un compromiso real y efectivo con el cumplimiento de la deuda ecológica del Norte hacia el Sur Global”, advirtiendo que los daños podrían volverse irreversibles si no se garantizan recursos para mitigación y adaptación.
En el marco del Bicentenario de Bolivia, la declaración concluye con un llamado enfático: “Sin la participación activa de las juventudes, no habrá un futuro posible para nuestro país, nuestra región ni nuestros pueblos”.
También le puede interesar:





