De izquierda a derecha: Gabriela Canedo, Guido Alejo y Ana Lucía Velasco
El racismo, el regionalismo y otras fracturas de la sociedad boliviana han reflotado en la más reciente campaña electoral, particularmente en la de la segunda vuelta, coinciden la socióloga Gabriela Canedo, la politóloga Ana Lucía Velasco y el investigar Guido Alejo, quienes proponen algunas acciones para enfrentar el problema desde la sociedad. Los tres participaron del más reciente programa Sumando Voces en Directo.
Canedo considera que el racismo “ha rebrotado junto a otros clivajes” en un contexto de guerra sucia durante la etapa previa al balotaje, mientras que Guido Alejo señala que “hay un bloque de poder que se nutre especialmente de ese tipo de discursos, pero no necesariamente implica que sea universal”.
Alejo considera que este clivaje está bastante vigente en el espectro político, al punto de haberse sobrepuesto a las propuestas económicas.
Velasco coincide con Alejo en sentido de que el racismo no es mayoritario y se remite a encuestas realizadas en el proyecto Unámonos, en las que se estableció que la gran mayoría se identifica primero como boliviano y luego con otras identidades. Sólo el 8% había dicho que primero era camba y luego boliviano, mientras que el 7% había señalado que primero era aymara y luego boliviano.
Si bien es una minoría, es ruidosa y radical frente a una mayoría autosilenciada, añade la analista.
¿Cómo afrontar el problema?
De aquí para adelante, señala Velasco, el reto es cómo curar estas fracturas. Si se parte del criterio de que el racismo no es una condición, sino una especie de enfermedad, entonces sí se puede remediar. “Cuando una persona se resfría, sabemos que esa persona se puede curar y creo que lo mismo deberíamos pensar en términos del racismo”, comenta.
Gabriela Canedo se centra en un tema estructural: la desigualdad. Señala que si no existe “una igualación social estamos lejos de traspasar el racismo”.
En ese marco, considera que el gobierno debe ejecutar un programa para todos: camas, collas, élites, sectores populares, para luchar contra la desigualdad. “Yo creo que ese sería un avance más que matices o esmaltes que se le pongan a la problemática”, opina.
Alejo señala que “lo que necesitamos son discursos y relatos que empiecen a diversificar lo que vendría a ser la concepción de bolivianidad y no apelar a la guerra sucia amparada en el racismo y el regionalismo como entes para cohesionar al núcleo duro de tu votación”.
Ana Lucía Velasco coincide con los otros dos analistas en sentido de que hay que trabajar más allá del discurso o más allá de una ley, sino avanzar en “una verdadera inclusión”.
Sin embargo, recoge un comentario de la audiencia y dice que “lo importante es verse en el otro” porque considera que la empatía es fundamental y no es algo que se nos dé de manera natural como ocurre con la discriminación.
“Hay que practicar la empatía, hay que practicar esto de verle al otro como un ser humano igual a mí, a pesar de que todas las estructuras sociales en las que vivo me están diciendo lo contrario”. Y para lograrlo recomienda “pensamiento crítico y gestión emocional”.
¿Cómo afectó a los resultados?
Los analistas consideran que la cuestión étnica fue fundamental en los resultados electorales, que le dieron la victoria a Rodrigo Paz y Edmand Lara, quienes mostraron más identificación con el bloque popular.
Ana Lucía Velasco considera que éste ha sido el factor principal de la derrota del binomio de Libre porque “es muy difícil pedirle el voto a alguien a quien desprecias o que has demostrado que en algún momento desprecias ya sea por motivos étnicos, raciales, esto demuestra que es no más una herida y una fractura importante en nuestra sociedad”.
Ella considera que hace 30 o 40 años tal vez no hubiera sido un factor que reste votos, pero que “hoy en día hay suficiente conciencia como para decir que esto no se acepta”.
Alejo considera que Rodrigo Paz y Edmand Lara han logrado un vínculo con las élites económicas aymaras del occidente, que se conocen como qamiris, pese a que Paz es chapaco y Lara es quechua, pero vive en Santa Cruz.
Y, en el caso de Quiroga y Velasco, si bien han mostrado inclusión en sus visitas a las poblaciones del occidente, incluso vistiendo atuendos originarios, ésta estrategia de “incluir sin incluir” no ha funcionado, dice el analista alteño.
“La identidad no se reduce netamente a lo que vendría a ser la ropa ni la lengua, es algo que va mucho más allá, son vínculos más fuertes los que se tienen que construir”, indica.
Canedo considera que el binomio de Libre no pudo llegar al sector popular, mientras que el binomio de PDC sí lo hizo. Aclara sin embargo, que este acercamiento a lo popular no se reduce a lo étnico.
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