Se disparan las manifestaciones y las restricciones durante la pandemia

Internacional

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Rodolfo Huallpa

Por CIVICUS

El Monitor CIVICUS ha producido una cuarta entrega de investigación sobre el estado de las libertades civiles durante la pandemia de COVID-19. El último informe de investigación proporciona una instantánea de las tendencias y estudios de casos relacionados con el derecho a la libertad de reunión pacífica.


A pesar de las prohibiciones y restricciones a la libertad de reunión pacífica, se han organizado protestas en todas las regiones del mundo.

  • Las poblaciones siguieron movilizándose para reclamar sus derechos durante la pandemia
  • La oposición al confinamiento, uno de los ejes motores de las manifestaciones relacionadas con la COVID-19
  • Extensa documentación de las violaciones de los derechos de manifestación: tanto gobiernos autoritarios como democracias consolidadas detuvieron a manifestantes e hicieron un uso excesivo de la fuerza.

La restricción de las reuniones públicas durante los primeros días de la pandemia paralizó temporalmente muchos movimientos de protesta multitudinarios. A pesar esto, la población volvió rápidamente a las calles, movida por causas muy diversas. Un nuevo informe de investigación publicado hoy por el CIVICUS Monitor documenta la ubicación las manifestaciones durante el primer año de pandemia, los causas que las impulsaron y la respuesta de los gobiernos a las movilizaciones masivas.

En todo el mundo se registraron manifestaciones por la respuesta estatal a la pandemia y las dificultades económicas. Los datos que recopiló el CIVICUS Monitor revelan que entre febrero de 2020 y enero de 2021 se produjeron manifestaciones relacionadas con la COVID-19 en 86 países. También se organizaron protestas sobre la justicia racial, los derechos de la mujer y la lucha contra la corrupción.

La oposición al confinamiento ha sido uno de los principales motores de las manifestaciones relacionadas con la COVID-19. Desde Argentina hasta Irak, la población se manifestó contra los confinamientos y su impacto en sus medios de subsistencia. En más de una cuarta parte de todos los países del mundo, estas manifestaciones pusieron a menudo de manifiesto la existencia de profundas desigualdades y sirvieron para exigir medidas gubernamentales para aliviar las cargas económicas que conllevaron los confinamientos. En algunos casos, la población también protestó contra las medidas para combatir la COVID-19, como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico, como fue el caso en Alemania, Australia y Estados Unidos.

En este informe de investigación internacional también se documentan otras tres categorías de manifestaciones relacionadas con la COVID-19y se ofrece una instantánea de los estudios de caso de cada país, incluidas las manifestaciones sectoriales y por derechos laborales, así como las manifestaciones multitudinarias a favor de la reapertura de las escuelas.

Además, el informe también documenta dónde se produjeron violaciones del derecho de reunión pacífica, uno de los ejes del mandato de investigación del CIVICUS Monitor. Hasta ahora se ha detenido a manifestantes en un centenar de países por haber infringido las medidas contra la COVID-19 u otras leyes relacionadas con las reuniones pacíficas. Si bien las restricciones a las manifestaciones pueden adoptar múltiples formas, una de las más preocupantes fue el uso excesivo y frecuente de la fuerza para dispersar a los manifestantes por parte de las autoridades y de las fuerzas de seguridad. Aquí se incluye el uso de fuerza letal, el cual condujo a la muerte de manifestantes en 28 países hasta el momento.

«La crisis que ha provocado la COVID-19 no debe usarse como pretexto para suprimir el derecho de reunión pacífica. El uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades para dispersar a los manifestantes es contrario al derecho internacional, incluso bajo el estado de excepción», afirmó Marianna Belalba Barreto, responsable del CIVICUS Monitor.

El relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho de reunión pacífica yde asociación declaró que las leyes que limitan las reuniones públicas deben ser necesarias y proporcionales habida cuenta de las circunstancias. También expresó su preocupación por el hecho de que, en numerosos casos, las medidas adoptadas parecían estar más orientadas a consolidar el control y a reprimir a las figuras de la oposición que a salvaguardar la salud pública.

Ya que tanto los gobiernos autoritarios como las democracias consolidadas respondieron a la pandemia con medidas represivas, el informe de investigación concluye con recomendaciones sobre cómo los gobiernos pueden responder a las crisis sanitarias respetando las reuniones pacíficas y otras libertades civiles.

Accede al informe completo aquí.

El artículo original lo encuentra publicado en este enlace.

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