Seminario Internacional Equidad de Género en la Minería
El seminario internacional denominado “Equidad de género en la Minería: Rumbo a un futuro inclusivo”, desarrollado el 4 y 5 de julio en La Paz, generó espacios de diálogo, debate y reflexión que impulsarán la creación de una hoja de ruta para promover la participación de la mujer en el sector minero.
La actividad fue organizada por el Ministerio de Minería y Metalurgia de Bolivia, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Cooperación Alemana GIZ; y contó con la participación de representantes de mujeres mineras, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros, el Comité de Amas de Casa Mineras, asociaciones de mujeres mineras, entre otras organizaciones e instituciones.
El ministro de Minería y Metalurgia, Alejandro Santos, indicó que la hoja de ruta se basará en cinco ejes fundamentales: la participación igualitaria en minería, la autonomía económica, ingreso y seguridad social, cultura de la equidad, territorios sostenibles e inclusivos, y, por último, coordinación y articulación interinstitucional y multisectorial.
Al respecto, el oficial de Asuntos Económicos de la División de Recursos Naturales de la CEPAL, Rodrigo Furtado, dijo que realizaron un diagnóstico cualitativo respecto al sector minero, con lo cual confirmaron que las mujeres están en una situación precaria y de invisibilización del aporte que realizan. Realzó que aún existen las brechas salariales, de educación, de salud y de protección contra accidentes, además persisten las violencias, los prejuicios y los estereotipos.
Realizaron un mapeo de actores, con lo cual notaron que hay un número reducido de grandes empresas mineras en comparación con los países vecinos, pero a la vez hay una fuerte presencia de cooperativas, empresas estatales, federaciones y producción autónoma de la pequeña minería. También, advirtieron que hay un buen nivel de organización de las mujeres de base, quienes ya tienen su propia agenda y sus propuestas listas para aportar al Estado.
Respecto al marco normativo con perspectiva de género, indicó que es notorio el esfuerzo que se puso los últimos años en Bolivia, sin embargo, a su vez existe una creciente preocupación por la situación de la mujer en distintos campos, principalmente por los feminicidios.
“Pero esa transformación tiene que ocurrir de una forma transversal, y es muy interesante trabajar ese tema en el sector minero, que es tradicionalmente masculinizado, y que eso puede tener un impacto multiplicador. La promoción de la equidad de género es una agenda que promueve la justicia para las mujeres mineras, que busca visibilizar su contribución al sector y proteger sus derechos, pero esa también es una agenda que busca mejorar las condiciones de vida para las mujeres y hombres y todas las personas”, acotó Furtado.
En ese marco, exhortó a trabajar para efectivizar la equidad de género, pues esa labor no sólo es de las mujeres, sino de todas y todos los bolivianos.
Sobre la participación de las mujeres, la coordinadora del Programa Urbano de la Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de la Acción Social (UNITAS), Iris Baptista, manifestó que es fundamental reconocer que hay una diversidad de acciones y actores en el sector minero, no obstante, muchas veces no son valorados por el Gobierno.
«Desde la Red de Mujeres y Minería, junto a UNITAS, el Programa Urbano, hemos elaborado una agenda de propuesta de política pública los años 2016, 2017 y 2018, con todos los sectores de la minería, con todas las mujeres. Y el Gobierno no sabe reconocer a los actores de sociedad civil y esa es una falencia para los procesos de diálogo multiactor, y sólo son algunos actores los que asisten, y eso debilita la institucionalidad democrática en el país, porque este pragmatismo, esa división, no da oportunidad a que los sectores mineros, de las cooperativas y estatal se puedan empoderar de manera legítima, ese es un problema», sostuvo.
Baptista hizo referencia a la escasez del agua en los distritos mineros y le dijo al director general de Ministerio de Medio Ambiente, Víctor Arancibia, que el 90% de distritos mineros en Bolivia no tiene agua potable, pues solo tienen tomas de agua, y eso afecta a las mujeres, pues ellas son las que deben encargarse de cuidar a sus hijos, que se enferman por consumir agua no potabilizada, o que contienen agua con metales tóxicos.
«El impacto de ese tema en el rol y en la vida de las mujeres es fuerte, porque somos las mujeres las que tenemos que atender las enfermedades estomacales, somos las que tenemos que acarrear el agua a nuestros domicilios. En muchos casos, las mujeres han reportado cáncer uterino y han fallecido, es por eso que la Red está planteando que se reconozcan las enfermedades del trabajo minero para seguridad de corto y largo plazo, para que se aseguren las mujeres», sostuvo.
En ese sentido, indicó que estos son los temas que deberían tratarse para las agendas y procesos, para que el Estado, la Cooperación y las diversas organizaciones avancen en las cuestiones estructurales.
El investigador del CEDLA, Alfredo Zaconeta, refirió que en el sector minero aún predomina el machismo, por los roles preestablecidos que se tienen y que han sido traducidos en las normas. Para superar esa situación, primero las organizaciones sociales deben incursionar en este debate en sus núcleos y plantear las modificaciones para lograr una participación más activa y efectiva de las mujeres y a partir de eso perfilar las políticas públicas en adelante.
«Cuando miramos este tema no sólo tenemos que ver qué va a hacer el Estado para encontrar esta equidad de género si primeramente no se lucha dentro de las instituciones que los acogen», enfatizó.
A partir de estos debates y análisis ya se trabaja en la hoja de ruta que posteriormente será presentada por la Cepal y el Ministerio de Medio Ambiente, con apoyo de la GIZ.
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