Carta para el poderoso dirigente Juan Carlos Huarachi

Opinión

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Sumando Voces

Hernán Cabrera M.

Estimado compañero:

El casco minero que siempre te pones en las conferencias de prensa, en tus apariciones con el poder, en tus reuniones con los ministros, sin duda, tiene un enorme valor y significado.

Es la identificación tuya hacia la clase trabajadora y sinónimo de lucha de los valientes y combatientes mineros de tierra adentro, que siempre fueron un baluarte de la democracia y de las luchas sindicales, que tuvieron en Juan Lechín Oquendo el paradigma más importante de la historia del movimiento obrero, la misma que fue teorizada en libros imprescindibles por el escritor e intelectual, Guillermo Lora.

Espero hayas leído algunos de los libros de Lora, el cual da luces de lo que es la lucha sindical, los anhelos de la clase obrera y lo que es ser un verdadero dirigente, así como lo fueron Lechín, Simón Reyes, Edgar Ramírez, en Santa Cruz, Jesús Yavari y otros que dejaron su huella en la historia de la gloriosa Central Obrera Boliviana y de sus departamentales.

Ese casco minero no solo debe ser para la foto ni para acompañar a la gente del gobierno, que cada vez que se ve en aprietos, acude a vos y tu directorio para gritar fuerte y amenazar a diestra y siniestra. Ojo que ese no es tu rol, ni de la COB.

Te recuerdo algunos serios problemas que atraviesa no solo la clase trabajadora, sino de quienes ellos dependen: el empleador o las empresas privadas, golpeadas por la crisis económica, la pandemia, los bloqueos y las disparatadas medidas económicas del gobierno de turno.

Solo algunos datos para que te des cuenta de que la lucha de la COB debe ser reencauzada y centrar sus acciones en la verdadera defensa de los trabajadores del país y de los jubilados, que también son parte de la máxima organización sindical del país.

Hace algunas semanas se conoció un estudio alarmante sobre la situación laboral de los trabajadores de la prensa, que prácticamente se desarrollan en condiciones de semiesclavitud: sueldos miserables, contratos eventuales, no tienen seguros de salud, ni aportes a la AFP, no les pagan bonos nocturnos, ni de transporte.

La prensa es afiliada a la COB a través de su Confederación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, por tanto, tiene atribuciones para reclamar o pedir a los empresarios de la comunicación y del Estado, cumplir con los derechos laborales de este sector.

¿Sabías que el sector informal ha aumentado y todo gracias a los miles de despidos de las empresas privadas, que se han visto en aprietos? ¿Sabías que el subempleo es la moneda común en este país y que la mayoría de este sector no cuenta con seguros de salud, ni aportes para su jubilación?

En el caso de los jubilados la situación es cada vez más crítica, estimado compañero Huarachi, que con seguridad estás aportando para tener una jubilación digna y feliz, así como señala la Constitución Política del Estado y la legislación en derechos humanos, que en nuestro Estado es frondosa y amplia, además de los tratados internacionales en derechos humanos, de los cuales Bolivia es parte y se comprometió a respetarlos y hacerlos cumplir.

Pero la realidad es otra. Cientos de miles de jubilados reciben una renta miserable, que oscila entre Bs. 1.000 y 3.500, a pesar de que toda la vida laboral aportaron con el sueño de tener una vejez tranquila y feliz, pero muchos de ellos deben buscarse el pan de cada día, haciendo trabajos extras de albañiles, guardias de seguridad privada, taxistas, vender comidas, etc. A ellos no les llega ningún aumento salarial, ese que el gobierno todos los años otorga a los trabajadores formales del estado y las empresas privadas.

En contrapartida, están los militares que sin muchos esfuerzos reciben el 100% de sus sueldos cuando ya están jubilados, es decir, entre Bs. 8.000 a 15.000, lo que desnuda que este  Estado que proclama la equidad, la igualdad no es tal. Hay una tremenda injusticia y desigualdad en esta proporción de las rentas de jubilación. ¿Conocías este detalle estimado Huarachi, esperando que estés con el casco listo para salir a las calles o exigir a tu gobierno medidas que impulsen la real distribución de los ingresos económicos?

Ah, me olvidaba, la “confiscación” de nuestros ahorros que de a poco lo viene haciendo el gobierno a través de préstamos de la Gestora Pública, entidad que maneja los recursos de los jubilados de Bolivia. Esto es ilegal y un atropello a los derechos de esta gente que durante años y años han aportado para soñar con una renta digna y acorde a las necesidades socioecónomicas. De esto no has dicho una sola palabra, compañero Huarachi, claro estás con la voz embargada y comprada al poder.

Lenin en su célebre libro ¿Qué hacer? decía algo tan importante que todos ustedes que se proclaman socialistas o progresistas y que están con el pueblo, lo han olvidado: la emancipación de la clase obrera será por obra de ella misma y de sus organizaciones sindicales, no será una acción del poder o del gobernante. Clarísimo verdad.

Así lo entendió el gran Lechín Oquendo, que a pesar que la COB, emergió de la mano de la revolución nacional de 1952 y del gobierno del MNR, este legendario dirigente sindical supo ponerse al frente y defender de verdad los derechos sindicales y laborales, sin medias tintas y de frente. Un hito histórico fue la marcha por la vida, allá por agosto de 1985, cuando el gobierno de Víctor Paz, impuso el DS 21060, marcha que fue protagonizada por los mineros, marcando un rumbo en la historia del movimiento obrero y sindical.

Mucha gente quiere verte en las calles, en las huelgas, en los bloqueos con ese hermoso casco que lleva tu cabeza, que no solo debes usarlo en cada aparición pública que haces o para la foto con el presidente de Bolivia.

Hay muchos problemas que afronta la clase obrera y el pueblo mismo, del cual vos sos parte, aunque ahora circunstancialmente estás encumbrado con el poder, gozando de los privilegios de ganar un buen sueldo, sin ir a tu fuente laboral, por lo que te desafío a que asumas con valentía tu rol de dirigente sindical, pero en la ruta del compromiso total y de lo que el Che Guevara demandaba para sus seguidores, siendo vos unos de ellos: La máxima plenitud del ser humano  es ser revolucionario y ser revolucionario implica ser coherente y con coraje.

¿Qué le dirá tu conciencia al casco minero, siempre limpio, reluciente y hermoso que posa sobre tus negros cabellos?

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Hernán Cabrera es periodista y Lic. en Filosofía

Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.

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