Valery Tarqui (der) y Mayerly Machicado presentan los resultados de la consulta. Foto: Sumando Voces
Un informe presentado por cuatro agencias de las Naciones Unidas revela que entre los adolescentes y jóvenes de Bolivia persisten los estereotipos de género, incluyendo percepciones que justifican la violencia de los hombres hacia las mujeres.
Sin embargo, el estudio también revela que se han empezado a producir cambios importantes hacia la equidad, por ejemplo, es también alto el porcentaje de quienes creen que hombres y mujeres son igualmente capaces para todo tipo de tareas o que ya no es raro que los niños jueguen con muñecas y las niñas con autos.
Según la consulta, el 47,5% de los jóvenes considera que es normal que se revise el celular de la pareja sin permiso para ver los mensajes, fotos y otros contenidos. El 37,8% percibe como normal que se aleje a la pareja del entorno y el 29,9% cree que los celos son también normales en las relaciones de pareja.
Los datos están contenidos en la consulta U-Report, sobre estereotipos de género, que se aplicó en 144 municipios de los nueve departamentos del país y fue impulsado por UNICEF, UNFPA, ONU Mujeres y el centro de información de Naciones Unidas.
La plataforma U-report lleva cinco años en Bolivia y está integrada por jóvenes que recogen la opinión de otros jóvenes y adolescente sobre diversas temáticas. El informe fue presentado por las jóvenes Valery Tarqui, de 17 años, y Mayerly Machicado, de 21 años, quienes forman para de la plataforma de consulta.
Durante su exposición, Valery Tarqui dijo que el dato sobre la normalización de la violencia “nos obliga a reflexionar y a pensar” sobre el papel que juegan hombres y mujeres en la lucha por un mundo con igualdad de género.
“A lo largo de la vida, una mujer puede normalizar que un hombre pueda incluso a violentar físicamente a una mujer”, dijo la joven, quien, sin embargo, también destacó los datos positivos de la consulta.
Dijo que, “como una flor en el desierto” emerge un 74% de los consultados con la certeza de que los juguetes son para todos y todas y que, por tanto, ya no es raro ver a niños jugando con muñecas y a niñas jugando con autos.
Mayerly Machicado puso a participar a la audiencia, que estaba conformada por periodistas, activistas y representantes de instituciones que trabajan por la equidad de género, a quienes preguntó: “¿Cuántas personas de aquí consideran que una mujer puede ser exitosa en labores de ingeniería y tecnología?”, a lo que todas y todos los presentes levantaron la mano.
Lejos de la realidad de la sala donde se presentaba el informe, Mayerly expuso que el 28,5% de los consultados en U-report consideran que lo que más limita a las jóvenes es que los padres y madres no promuevan la capacidad de sus hijas y las reduzcan a cumplir “roles de chicas”.
Sin embargo, la buena noticia es que el 78% de los consultados considera que hombres y mujeres pueden hacer las mismas cosas.
El reporte, además, muestra la actividad más urgente que las mamás y papás deberían realizar para avanzar en la igualdad, según los consultados. En el caso de las mamás, el 25,6% dicen “que no sean las únicas responsables de las tareas del hogar, éstas son unas responsabilidad compartida de toda la familia, sin distinción de género”.
Y en el caso de los hombres, el 25,3% de los consultados sugieren que “se organicen para cocinar, lavar platos, limpiar la casa y realizar otras tareas del hogar como parte de sus responsabilidades”.
Sobre la normalización de la violencia
Durante la presentación de los datos de la consulta realizada en Bolivia, la asesora de Género de UNICEF para América Latina y el Caribe, Denise Stuckenbruck, reveló que estadísticas de región ubican a Bolivia en el primer lugar con un dato preocupante: el 34% de las niñas y adolescentes comprendidas entre los 15 y los 19 años considera que está justificado que un marido agreda a su esposa por al menos uno de cuatro motivos concretos.
Eso motivos son que la mujer queme la comida, que discuta con el marido, que salga de casa sin avisarle, que descuide a los niños o se niegue a mantener relaciones sexuales.
Los datos son una muestra de que todavía queda mucho trabajo por hacer para lograr la equidad, coincidieron las y los presentes.
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